El Credo de Atanasio, Quicunque

Información General

(Vult QUICUNQUE)

[Lecturas alternativas en corchetes]

  1. Todo el que quiera salvarse, ante todo es necesario que se mantenga la fe católica.
  2. La fe que cada uno haga, salvo mantener íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente.
  3. Y la Fe Católica es la siguiente:
    Que adoramos a un Dios en Trinidad, y Trinidad en la unidad,
  4. Sin confundir las personas, ni dividiendo la sustancia [esencia].
  5. Porque hay una Persona del Padre, otra la del Hijo, y otra la del Espíritu Santo.
  6. Pero la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es lo mismo, la Gloria igual, la Majestad co-eterna.
  7. Tal como el Padre es, así es el Hijo, y tal es el Espíritu Santo.
  8. Increado el Padre [increado], increado el Hijo [increado], y el Espíritu Santo increado [increado].
  9. El Padre incomprensible [ilimitado], el Hijo incomprensible [ilimitado], y el Espíritu Santo incomprensible [ilimitado].
  10. El eterno Padre, el Hijo eterno, y el Espíritu Santo es eterno.
  11. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno.
  12. Como también, no son tres incomprensibles [infinitos], ni tres increados, sino un increado y un incomprensible [infinito].
  13. Así también el Padre es todopoderoso, el Hijo Todopoderoso y el Espíritu Santo Todopoderoso.
  14. Y, sin embargo, no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente.
  15. Así que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios.
  16. Y, sin embargo, no son tres dioses sino un solo Dios.
  17. Así también el Padre es Señor, el Señor, el Hijo y el Espíritu Santo es el Señor.
  18. Y, sin embargo no son tres Señores, sino un solo Señor.
  19. Porque así como nos vemos obligados por la verdad cristiana: a reconocer cada persona por sí mismo como Dios y Señor,
  20. Así nos prohíbe la religión católica, por decir, hay que [son] tres Dioses o tres Señores.
  21. El Padre no es de nadie, ni creado, ni engendrado.
  22. El Hijo es el único del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
  23. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, ni hecho, ni creado, ni engendrado procedimiento, pero.
  24. Así que hay un Padre, no tres Padres, un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu Santo, no tres fantasmas Santo.
  25. Y en esta Trinidad ninguno es antes o después de otros, pero ninguno es mayor o menor que otro [no hay nada antes, o después: nada más o menos];
  26. Pero las tres Personas son co-eternas juntas y co-iguales.
  27. Así que en todas las cosas, tal como se ha dicho, la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la Unidad debe ser adorado.
  28. Por lo tanto, que se guardarán debe [que] por lo tanto pensar en la Trinidad.

  29. Por otra parte, es necesario para la salvación eterna que él también cree con razón, la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
  30. Por el derecho Fe es que creemos y confesamos, que nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, es Dios y hombre;
  31. Dios, de la sustancia [esencia] del Padre, engendrado antes de los mundos, y el hombre, de la sustancia [esencia] de su Madre, nacido en el mundo;
  32. Perfecto Dios y perfecto Hombre, de un alma racional y carne humana que subsista;
  33. Igual al Padre, como tocar su Divinidad; e inferior al Padre, como tocar su virilidad.
  34. Quien a pesar de que se [es] Dios y Hombre, sin embargo, Cristo no es dos, sino uno;
  35. Uno, no por la conversión de la Divinidad en carne, sino mediante la adopción de asunción de la humanidad en Dios;
  36. Uno por completo, no por confusión de sustancia [esencia], sino por la unidad de la persona.
  37. Porque como el alma racional y la carne es un hombre, así Dios y el hombre es un Cristo;
  38. Quien sufrió por nuestra salvación, descendió a los infiernos [Hades, el espíritu del mundo], resucitó al tercer día de entre los muertos.
  39. Subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre, Dios [Dios el Padre] Todopoderoso,
  40. From donde [thence] ha de venir a juzgar a los vivos ya los muertos.
  41. En cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos
  42. Y se dan cuenta de sus propias obras.
  43. Y los que hicieron lo bueno irán a la vida eterna, y los que hayan hecho el mal, al fuego eterno.
  44. Esta es la fe católica, que excepto un hombre crea fielmente [verdadera y firmemente], no puede ser salvado.

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Credo de Atanasio

Versión Latina

Symbolum Quicunque

  1. vult Quicunque Salvus esse, ante omnia opus est, ut fidem Catholicam teneat:
  2. Quam nisi integram Quisque servaverit inviolatamque, dubio absque en Peribit aeternam.
  3. autem Fides catholica HAEC est: ut unum Deum en Trinitate, Trinitatem otros en veneremur unitate.
  4. Neque confundentes personajes, seperantes neque substantiam.
  5. Alia est enim personaje Patris entre Filii, entre Sancti Spíritus:
  6. Sed Patris, et Fili, et Spiritus Sancti divinitas Una est, aequalis gloria, coeterna maiestas.
  7. Qualis pater, talis Filius, talis [et] Spiritus Sanctus.
  8. Increatus Pater, increatus Filius, increatus [et] Spiritus Sanctus.
  9. Immensus Pater, Filius immensus, immensus [et] Spiritus Sanctus.
  10. Aeternus Pater, Filius aeternus, aeternus [et] Spiritus Sanctus.
  11. tamen Et Tres aeterni no, sed unus aeternus.
  12. Sicut increati Tres no, ncop Tres immensi, sed increatus unus, immensus et unus.
  13. Similiter Omnipotens Pater, Omnipotens Filius, Omnipotens [et] Spíritus Sanctus.
  14. Et tamen omnipotentes no tres, sed unus Omnipotens.
  15. Ita Deus Pater, Filius Deus, Deus [et] Spiritus Sanctus.
  16. Et tamen dii Tres no, sed Deus est unus.
  17. Ita Dominus Pater, Filius Dominus, Dominus [et] Spiritus Sanctus.
  18. tamen Et no Domini tres, sed] unus [est Dominus.
  19. Quia, sicut título personal singillatim unamquamque Dominum Deum ca confiteri christiana veritate compelimur:
  20. Ita Tres Deos aut [Tres] Dominos dicere catholica prohibemur religione.
  21. Pater un nullo factus est: creatus ncop genitus ncop.
  22. Filius est un solitario Patre: factus no, creatus ncop genitus sed.
  23. Spiritus Sanctus un Patre et Filio: factus no, creatus ncop genitus ncop procedens sed.
  24. Unus Pater ergo, no Patres Tres: Filius unus, tres no Filii: unus Spiritus Sanctus, no el tres Sancti Spíritus.
  25. Et in hac posterius Trinitate nihil prius aut, aut nihil maius menos:
  26. Sed totae Tres personajes coaeternae sibi sunt et coaequales.
  27. Ita, ut per omnia, est sicut supra iam dictum, et unitas en Trinitate, Trinitas et en Veneranda unitate sentarse.
  28. Qui vult esse Salvus ergo, ita de sentiat Trinitate.

  29. necessarium Sed est ad aeternam Salutem, quoque ut incarnationem Domini nostri Iesu Christi Credat fideliter.
  30. Est ergo fides recta ut et credamus confiteamur, quia Dominus noster Iesus Christus, Filius Dei, Deus [Pariter] et homo est
  31. ] Deus [est ex substantia Patris saecula ante genitus: et homo est ex substantia matris en saeculo nonatos.
  32. Perfectus Deus, perfectus homo: ex ánima racionalización et Humana carne subsistens.
  33. Aequalis Patri divinitatem secundum: humanitatem menores secundum Patre.
  34. Deus Qui Licet sentarse et homo, tamen no dúo, sed unus Christus est.
  35. Unus autem divinitatis no conversione en Carnem, sed humanitatis assumptione in Deum.
  36. omnino Unus, substantiae Confusione no, sed personae unitate.
  37. Nam sicut anima rationalis et unus caro est homo: ita Deus homo et unus Christus est.
  38. Qui passus est pro nostra saludo: inferos descendit anuncio: tertia morir resurrexit un mortuis.
  39. Ascendit anuncios [en] caelos, Sedet anuncio dexteram [Dei] Patris [Omnipotentis].
  40. Inde venturus [est] judicare vivos et mortuos.
  41. omnes homines ad cujus adventum resurgere suis cum corporibus habent;
  42. Et reddituri sunt de factis propriis rationem.
  43. Et qui buena egerunt, ibunt en vitam aeternam: mala qui vero, in aeternum ignem.
  44. Haec est fides catholica, quam nisi crediderit Quisque firmiterque fideliter, Salvus esse poterit no.


    El Credo de Atanasio, Quicunque

    Avanzadas de la información

    El Credo Atanasio es uno de los tres credos ecuménicos ampliamente utilizado en la cristiandad occidental como una profesión de la fe ortodoxa. También se le conoce como el Quicunque Symbolum porque las primeras palabras del texto latino leer, Quicunque Salvus vult esse ...(" El que quiera ser salvo ...").

    Según la tradición Atanasio, obispo de Alejandría en el siglo IV, fue el autor del credo. El más antiguo ejemplo conocido de la utilización de este nombre está en el primer canon del Sínodo de Autun, ca. 670, donde se le llama la "fe" de San Atanasio. A pesar de las dudas acerca de la autoría de Atanasio se había expresado en el siglo XVI, Gerhard Voss, un humanista holandés, demostró la imposibilidad de conciliar los hechos conocidos sobre el credo de la edad de Atanasio. Publicó sus conclusiones en 1642. becas posteriores, tanto católicos como protestantes, ha confirmado el veredicto de Voss. Entre otros factores el Credo Atanasio es claramente un símbolo de América, mientras que Atanasio se escribió en griego. Por otra parte, omite todos los términos teológicos querido por Atanasio como homoousion, pero incluye el filioque popular en Occidente.

    Ha habido muchas sugerencias en cuanto a la identidad del verdadero autor. Una de las teorías más extendida es que la fecha del credo fue ca. 500, el lugar de la composición de una ubicación al sur Galia influenciado por los teólogos de Lerins, y los problemas especiales teológica tanto el arrianismo y el nestorianismo. Estas conclusiones descalificar Ambrosio de Milán, a pesar de que varios eminentes estudiosos apuntan a él como autor. Cesáreo de Arles tal vez se acerca más a las especificaciones anteriores. Sin embargo, la cuestión de la autoría y origen permanece abierta. La primera copia del texto del Credo se produce en un sermón de Caesarius comienzos en el siglo VI. Otros manuscritos que contienen el credo se han fechado en la última parte del siglo VII y VIII. En estos primeros menciona parece que sus funciones eran litúrgica y catequética.

    El credo fue contado como uno de los tres credos clásicos del cristianismo en la época de la Reforma. Ambos Luterana Reformada y las declaraciones confesionales reconocer el carácter de autoridad de la Quicunque (con la excepción de la Confesión de Westminster, que se otorga ningún reconocimiento formal). Sin embargo, el uso contemporáneo litúrgica de la religión se limita principalmente a las comuniones romanos y anglicanos.

    Estructuralmente el credo está compuesta de cuarenta cláusulas cuidadosamente modeladas o versos, cada uno con una propuesta distinta. Estas cláusulas se dividen en dos secciones claramente delimitadas. La primera se centra en la doctrina de Dios como Trinidad. La formulación precisa de la doctrina ha sido diseñado por una parte, de excluir puntos de vista poco ortodoxo, y en la otra mano para expresar las ideas explícitas en la iglesia bajo la influencia de la enseñanza de San Agustín. En consecuencia, esta parte del credo expresa lo que la Iglesia consideró que la necesaria comprensión de Dios, la Santísima Trinidad, llamándola la catholica fides. La paradoja de la unidad y la Trinidad de Dios se afirma en la cara de modalismo, que trató de resolver la paradoja al insistir en la unidad, mientras que la reducción de la Trinidad a meras apariencias sucesivas, y los arrianos, que trató de resolver la crisis por el rechazo una unidad de la esencia de dividir la sustancia divina.

    La segunda parte del Credo Atanasio expresa la fe de la iglesia en la encarnación, al afirmar las conclusiones doctrinales alcanzado en las controversias en relación con la divinidad y la humanidad de Jesús. El credo no duda en volver a afirmar una doctrina que en la experiencia humana es paradójica, que en la encarnación hubo una unión de dos naturalezas muy diferentes, lo divino y lo humano, cada una completa en sí misma, sin que ninguna pierda su identidad. Sin embargo, el resultado de esta unión es una sola persona. El credo por lo tanto rechaza las enseñanzas que Cristo sólo tenía una naturaleza (sabelianismo), o que la naturaleza humana era incompleta (Apollinarianism), o que la naturaleza divina era inferior a la del Padre (el arrianismo), o que en la unión de los dos naturalezas, la identidad de uno se perdió por lo que el resultado era simplemente una naturaleza (Eutychianism).

    Se ha dicho que ninguna declaración oficial de la iglesia primitiva se establecen, de manera incisiva y con tal claridad, la profunda teología que está implícito en la afirmación bíblica de base de que "Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo." El caso de la técnica un poco a pesar de su fraseología, la preocupación del Credo Atanasio es afirmar una concepción del Dios uno y trino, que está libre de politeísmo antropomorfo y una concepción de la encarnación, que mantiene en tensión los datos vitales sobre la humanidad de Cristo y la divinidad. Es este punto de vista doctrinal, lo que da importancia a las cláusulas que figuran al principio y al final de las dos partes de la religión ("el que quiera salvarse debe pensar así" acerca de la Trinidad y la Encarnación). No quiero decir que el creyente debe comprender todos los detalles teológicos que se guarden o que debe memorizar el lenguaje de la religión. Lo que se pretende es el hecho de que la fe cristiana es claramente cristocéntrica, confiando en Cristo como Salvador. La Iglesia no conoce otro camino de salvación y por lo tanto deben rechazar todas las doctrinas que niegan su deidad verdadera o su encarnación real.

    El credo no especifica la autoridad, ya sea la Biblia o de la iglesia, sobre la cual hace sus afirmaciones. Sin embargo, es un credo escritural, ya que utiliza las ideas y, a veces las palabras de la Escritura. Es un credo la iglesia porque se trata de un consenso dentro de la comunidad cristiana. El Credo Atanasio sigue siendo un excelente compendio de la teología trinitaria y cristológica y se ofrece como un esquema listo para fines catequéticos de acuerdo con su intención original.

    JF Johnson
    (Diccionario Elwell Evangélica)

    Bibliografía
    JND Kelly, El Credo Atanasio; Waterland D., Historia crítica del Credo Atanasio; Swainson CA, El Niceno y el Credo de los Apóstoles.


    El Credo de Atanasio

    Información Católica

    Uno de los símbolos de la Fe aprobado por la Iglesia y un lugar en su liturgia, es una exposición breve y clara de las doctrinas de la Trinidad y la Encarnación, con una referencia de pasada a varios otros dogmas. A diferencia de la mayoría de los otros credos, o símbolos, se trata casi exclusivamente con estas dos verdades fundamentales, que se afirma y reitera en forma concisa y variada con el fin de poner de manifiesto sin lugar a dudas la trinidad de las Personas de Dios, y la doble naturaleza de la una Persona Divina de Jesucristo. En varios puntos el autor llama la atención sobre la pena para aquellos que se niegan a aceptar cualquiera de los artículos mencionados en dicho artículo se establecen. El siguiente es el Marqués de Bute Traducción Inglés del texto del Credo:

    Todo el que quiera salvarse, ante todo es necesario que se mantenga la fe católica. La fe que cada uno haga, salvo mantener íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente. Y la Fe Católica es esta: que veneremos a un solo Dios en Trinidad y la Trinidad en la unidad. Sin confundir las personas, ni dividiendo la sustancia. Porque hay una Persona del Padre, otra la del Hijo, y otra la del Espíritu Santo. Pero la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo es todo Uno, Gloria la igualdad, la Majestad co-eterna. Tal como el Padre es, así es el Hijo, y tal es el Espíritu Santo. El Increado Padre, increado el Hijo, y Espíritu Santo lo Increado. El Incomprensible Padre, el Hijo Incomprensible y el Espíritu Santo Incomprensible. El Padre Eterno, el Hijo Eterno y el Espíritu Santo Etneral y sin embargo no son tres eternos, sino Eterno. Como también no son tres increado, ni tres, sino un increado y un incomprensible. Así también el Padre es todopoderoso, el Hijo Todopoderoso y el Espíritu Santo Todopoderoso. Y, sin embargo, no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente.

    Así que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios. Y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios. Así también el Padre es Señor, el Señor, el Hijo y el Espíritu Santo es el Señor. Y, sin embargo no Tres Señores, sino un Señor. Porque, como ya nos vemos obligados por la verdad cristiana a reconocer que cada persona por sí mismo a ser Dios y Señor, así que estamos prohibido por la religión católica a decir, hay tres Dioses o tres Señores. El Padre no es de nadie, ni creado, ni engendrado. El Hijo es el único del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, ni hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.

    Así que hay un Padre, no tres Padres, un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu Santo, no tres fantasmas Santo. Y en esta Trinidad ninguno es antes o después de otros, ninguno es mayor o menor que otro, pero las tres personas son co-eternas juntas y co-iguales. Así que en todas las cosas, tal como se ha dicho, la Unidad es Trinidad y la Trinidad es la unidad debe ser adorado. Por lo tanto, que se guardarán, por lo tanto hay que pensar en la Trinidad.

    Por otra parte, es necesario eterna salvación, que él también cree con razón, la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Por el derecho Fe es que creemos y confesamos, que nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, es Dios y Hombre.

    Dios, de la sustancia del Padre, engendrado antes de los mundos, y el hombre, de la sustancia de Su madre, nacida en el mundo. Perfecto Dios y perfecto Hombre, de un alma razonable y subsistiendo la carne humana. Igual al Padre según la divinidad, e inferior al Padre según su Humanidad. Que, aunque Él es Dios y Hombre, sin embargo, Él no es dos, sino un solo Cristo. Uno, no por la conversión de la Divinidad en carne, sino por la toma de la humanidad en Dios. Uno por completo, no por confusión de sustancia, sino por la Unidad de la Persona. Porque como el alma racional y la carne es un hombre, así Dios y el hombre es un Cristo. Quien sufrió por nuestra salvación, descendió a los infiernos, resucitó al tercer día de entre los muertos. Él ascendió al Cielo, Él está sentado a la diestra del Padre, Dios Todopoderoso, de donde ha de venir a juzgar a los vivos ya los muertos. En cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y dará cuenta de sus propias obras. Y los que hicieron lo bueno irán a la vida eterna, y los que hayan hecho el mal, al fuego eterno. Esta es la fe católica, que excepto un hombre crea fielmente y firmemente, no puede ser salvado.

    Durante los últimos 200 años la autoría de este resumen de la fe católica y el tiempo de su aparición han aportado un interesante problema para anticuarios eclesiásticos. Hasta el siglo XVII, el "vult Quicunque", como a veces se llama, desde sus palabras iniciales, se cree que la composición del gran arzobispo de Alejandría, cuyo nombre lleva. En el año 1644, Gerard Voss, en su "De Tribus Symbolis", dio probabilidad de peso a la opinión de que San Atanasio no fue su autor. Sus razones pueden reducirse a las siguientes:

    en primer lugar, ningún escritor principios de autoridad habla de ella como la labor de este médico, y

    en segundo lugar, su punto de lenguaje y la estructura de un western, en lugar de un origen alejandrino.

    La mayoría de los eruditos modernos están de acuerdo en admitir la fuerza de estas razones, y por lo tanto, esta visión es la que generalmente se recibe en la actualidad. Ya sea que el Credo se puede atribuir a San Atanasio o no, y probablemente la mayoría no puede, sin duda, le debe la existencia a la influencia de Atanasio, por las expresiones y exposición doctrinal coloración muy marcada una correspondencia, en la materia y en la fraseología, con la la literatura de la segunda mitad del siglo IV y, especialmente, con los escritos del santo, para ser meramente accidental. Estas evidencias internas parecen justificar la conclusión de que surgió de varios sínodos provinciales, principalmente la de Alejandría, que tuvo lugar alrededor del año 361, y presidido por San Atanasio. Debe decirse, sin embargo, que estos argumentos no han logrado sacudir la convicción de algunos autores católicos, que se niegan a darle un origen anterior al siglo quinto.

    Un elaborado intento se hizo en Inglaterra, en 1871, por la Comisión Europea Ffoulkes para asignar el Credo hasta el siglo IX. Desde una observación de pasada en una carta escrita por Alcuino construyó la siguiente pieza notable de la ficción. El emperador Carlomagno, dice, desea consolidar el Imperio de Occidente por un religioso, así como una separación política, desde el Oriente. Para este fin se suprime el Credo de Nicea, caro a la Iglesia Oriental, y la sustituyó un formulario compuesto por Paulino de Aquileia, con cuya aprobación y la de Alcuino, un distinguido erudito de la época, se aseguró la rápida aceptación por el pueblo, por colocación, en los que el nombre de San Atanasio. Este ataque gratuito a la reputación de los hombres que todo historiador digno considera incapaz de tal fraude, sumado a la indudable pruebas del Credo de haber estado en uso mucho antes del siglo IX, las hojas de esta teoría carece de fundamento.

    ¿Quién, entonces, es el autor? Los resultados de la investigación reciente que sea muy probable que el Credo vio la luz en el siglo IV, durante la vida del gran patriarca del Este, o poco después de su muerte. Se ha atribuido por diferentes escritores de diversas maneras a San Hilario, de San Vicente de Lérins, a Eusebio de Vercelli, de Virgilio, y otros. No es fácil para evitar la fuerza de las objeciones a todas estas opiniones, sin embargo, como lo fueron los hombres de reputación mundial, y por lo tanto, cualquier documento, especialmente uno tan importante como una profesión de fe, viniendo de ellos han se reunió con el reconocimiento casi inmediato. Ahora, no hay alusiones a la autoría del Credo, y algunos incluso a su existencia, se encuentran en la literatura de la Iglesia durante más de doscientos años después de su tiempo. Nos hemos referido a un silencio como en la prueba de la autoría no Atanasio. Parece ser igualmente disponible en el caso de cualquiera de los grandes nombres antes mencionados. En opinión del Padre Sidney Smith, SJ, que la evidencia que acabamos de indicar hace plausible, el autor de este Credo debe haber sido algún obispo o teólogo cuya oscura que compone, en primer lugar, para el uso puramente local en algunas diócesis de la provincia. No viene de un autor de gran fama, habría atraído poco la atención. Como se supo más, habría sido más ampliamente adoptada, y la compacidad y la lucidez de sus declaraciones que han contribuido a que sea muy apreciado allí donde se le conocía. Luego seguiría la especulación en cuanto a su autor, y lo que pregunto, si desde el objeto del Credo, que ocupó el gran Atanasio tanto, su nombre fue colocado primero en ella y, sin respuesta, se mantuvo.

    El "condenatorio", o "cláusulas amenazadora", son las declaraciones que figuran en el símbolo, de las sanciones que siguen el rechazo de lo que se ha propuesto para nuestra creencia. Se abre con una de ellas: "El que quiera salvarse, ante todo es necesario que se mantenga la fe católica". Lo mismo se expresa en los versos principio: "Además, es necesario", etc, y "Por el derecho fe es", etc, y finalmente en el verso final: "Esta es la fe católica, que excepto un hombre crea fielmente y firmemente, no puede ser salvado ". Así como el Credo de los estados de una manera muy clara y precisa lo que la fe católica es sobre las doctrinas importantes de la Trinidad y la Encarnación, por lo que afirma con igual claridad y precisión lo que sucederá con aquellos que no fiel y firmemente creo en estas las verdades reveladas. No son más que el equivalente credo de las palabras del Señor: "El que no creyere, será condenado", y aplicar, como es evidente, sólo con el rechazo culposo y doloso de las palabras de Cristo y sus enseñanzas. La absoluta necesidad de aceptar la palabra revelada de Dios, bajo pena severa amenaza aquí, es tan intolerable que una clase poderosa en la Iglesia Anglicana, que los intentos frecuentes se han hecho para eliminar el Credo de los servicios públicos de esa Iglesia. La Cámara Alta de Convocación de Canterbury ya ha afirmado que estas cláusulas, en su significado prima facie, va más allá de lo justificado por la Sagrada Escritura. En vista de las palabras de Nuestro Señor antes citado, no debe haber nada sorprendente en el estado de nuestra obligación de creer lo que sabemos es el testimonio y la enseñanza de Cristo, ni en el pecado grave nos comprometemos voluntariamente en negarse a aceptar, ni Por último, en los castigos que se infligen a los que son culpables de persistir en su pecado. Es precisamente esta última que las cláusulas condenatorio proclaman. Desde el punto de vista dogmático, la cuestión meramente histórica de la autoría del Credo, o el momento en que hizo su aparición, es de consideración secundaria. El mero hecho de que haya sido aprobada por la Iglesia como expresión de su opinión sobre las verdades de fundamento con que se trata, es todo lo que necesita saber.

    Publicación de información escrita por James J. Sullivan. Transcrito por David Joyce. La Enciclopedia Católica, Volumen II. Publicado 1907. Nueva York: La empresa Robert Appleton. Nihil obstat, 1907. Lafort Remy, STD, Censor. Imprimatur. + John M. Farley, arzobispo de Nueva York

    Bibliografía

    JONES, El Credo de San Atanasio; JOYA, de Defensa de la Apología (Londres, 1567), en Obras (Cambridge, 1848), III, 254; Vossius, Dissertationes de symbolis Tribus (París, 1693); Quesnel, De Symbolo Athanasiano (1675); MONTFAUCON, Diatriba de Symbolum Quicunque en PG XXVIII, 1567, Muratori, Expositio Fidei Catholicae Fortunati con Disquisitio en Anecdota (Milán, 1698), II; Waterland, Una Historia Crítica del Credo Atanasio (Cambridge, 1724, Oxford, 1870), Harvey, La Historia y Teología de los tres credos (Londres, 1854), II; Ffoulkes, El Credo Atanasio (Londres, 1871); Lumbreras, La Historia de los Credos (Cambridge, 1887); Swainson, El Credo de Nicea y el Credo de los Apóstoles "(Londres, 1875); Ommanney, El Credo Atanasio (Londres, 1875); IDEM, una tesis crítica sobre el Credo Atanasio (Oxford, 1897); QUEMADURAS El Credo Atanasio, etc, en ROBINSON, Textos y Estudios (Cambridge, 1896); SMITH, El Credo Atanasio en el mes (1904), CIV, 366; Schaff, Historia de la Iglesia Cristiana (Nueva York, 1903), III; IDEM, Los credos de la cristiandad (Nueva York, 1884), I, 34; TIXERONT, en el Dict. de teología. cateterismo;. Loofs, en Hauck, prot pieles Realencyklopadie. . Theol, sv Véase también el análisis reciente de escritores Anglicana: Welldon, Crouch, Eliot, LUCKOCK, en el siglo XIX (1904-06).


    Asimismo, véase:
    Atanasio
    Creed
    Credo de Nicea
    Apóstoles' Creed


    Este tema presentación en el original idioma Inglés


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